Con inmenso regocijo celebramos la gran fiesta patronal del Divino Niño Jesús este año. Como se acostumbra, todo inició el día anterior a la fiesta con las vísperas, el sábado 31 de agosto, el primer gesto de reconocimiento al Niño Jesús fue ofrecido por el Batallón de Mantenimiento y Logística Nº 1, quienes a través de unos honores y la eucaristía entregaron toda su labor de seguridad por el país en las manos del Divino Niño.
En la tarde la comparsa del Niño Jesús inició su recorrido por las calles de los diferentes sectores y barrios de la Parroquia, varias carrozas alegóricas reunieron a un grupo de feligreses que con alegría mostraban su amor al "amigo que nunca falla".
Al llegar con la comparsa de regreso a la Parroquia, se celebró la eucaristía con los peregrinos y feligreses, quienes al salir recibieron pan, chocolate y queso, donado por los colaboradores de la Obra Salesiana y los amigos del Niño Jesús.
La primera sorpresa de la noche fue una serenata con mariachis que amenizaron e hicieron homenaje al Niño Jesús, luego los fuegos pirotécnicos, las rifas y el bingo. Todo esto en un ambiente de alegría y fraternidad, todos los premios entregados esa noche fueron donados por los Bancos Popular, quien organizó el bingo, Davivienda, Banco Caja Social y las Obras Sociales del Niño Jesús.
El día domingo, como es habitual, las eucaristías iniciaron a las 5:00 a.m. con el claro propósito de juntos celebrar la fiesta del amado Niño Jesús, sobre las 11:30 a.m. inició la procesión con el cuadro de la imagen del Niño Jesús, y al medio día vivimos la solemne eucaristía, que fue presidida por monseñor Julio Solórzano, vicario Episcopal de San José, y concelebrada por el P. John Jairo Gómez, SDB, nuevo Inspector de los Salesianos de Bogotá, y algunos salesianos de la comunidad local. La animación de la eucaristía principal fue hecha por el grupo Viva la Gente, dirigido por monseñor Isaías Guerrero.
Un grupo importante de peregrinos de diversos países como México, Ecuador, Perú, Bolivia, Estados Unidos, República Dominicana, Panamá, acompañaron cada uno de los momentos de esta gran fiesta, su generosidad con el Niño Jesús no tiene igual y su amor siempre contagia a todos los participantes. Ellos tuvieron un espacio al final de la fiesta con el P. Director para manifestar algunos testimonios, su gratitud y alegría por la fiesta vivida.
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